Colaboración de Mikel Mtz.Askunze .Prof.Filosofía
SOCIEDAD ABIERTA, SOCIEDAD CERRADA [1]
¿En qué tipo de sociedad queremos vivir o mejor convivir? La respuesta a esta pregunta es difícil y compleja, pero todos tenemos en la mente un modelo de ciudad, de Estado y de mundo ideal en el que las relaciones humanas se desarrollen por cauces de satisfacción mutua, una sociedad abierta en la que predomine la razón comunicativa sobre la razón instrumental[2], es decir la interacción positiva entre hombres y mujeres en la que prime el bien de la comunidad sobre los intereses puramente materiales y tecnológicos.
Esa sociedad abierta a la que aquí nos referimos debe incluir a todos sus componentes más allá de discriminaciones que marginen a quienes no se correspondan con el estereotipo oficial; una comunidad opuesta a la sociedad cerrada que deja de lado a los diferentes por motivos raciales, culturales o por limitaciones físicas o psíquicas.
Sólo en una sociedad abierta podríamos hablar de “progreso”. Ese término tan utilizado para justificar a veces lo injustificable no supondría sólo un desarrollo económico y tecnológico, sino un desarrollo moral. Ya en el siglo XVIII Rousseau[3] denunciaba que, aunque se producía un progreso material científico y técnico, ese progreso no iba acompañado de un desarrollo moral ya que los seres humanos no eran más libres, más felices, ni se producía mayor igualdad.
De este modo una sociedad abierta en la que prima la racionalidad comunicativa y el auténtico progreso moral no cierra las puertas a nadie, por el contrario realiza una discriminación positiva, creando condiciones educativas, culturales, económicas y laborales favorables, a aquellos que sean más débiles por razones de disfunciones físicas o mentales, garantizando su inclusión en la comunidad.
Este modelo de sociedad que propugnamos debe seguir las pautas marcadas por Carlos Marx que sentenció que la superación del derecho burgués permitiría a la sociedad escribir en sus banderas: “De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades”[4]. Esta consigna que se atribuye también a muchos pensadores socialistas y anarquistas como Kropotkin, implicaría una praxis nueva, solidaria y abierta que no se quedaría sólo en declaraciones oficiales, sino que se aplicaría a la realidad cotidiana y a la organización de nuestra forma de vivir, algo que en las Declaraciones de los Derechos Humanos y en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad se proclama: la dignidad de todas las personas humanas.
Manuel Kant en el periodo ilustrado nos marca el camino[5] al poner como criterio de su ética formal una máxima: “Obra de tal manera que tomes tu persona y las de los demás como fin y nunca como medio”. Esa consigna tendría innumerables aplicaciones y sería fundamental para lograr una sociedad abierta. Si nos centramos en el caso de la discapacidad mental como las personas que tienen el síndrome de Down, debemos pensar que jamás las podemos utilizar como medio, son, como todos, fin en sí mismas.
La anterior consideración nos conduce a otra propuesta fundamental del mismo Kant. Si cada persona es fin en sí misma hay que evitar todo tipo de paternalismos que podrían ser una tentación al considerarnos superiores a quienes son diferentes. Kant exige que todos los seres humanos alcancen la mayoría de edad una vez llegados a adultos, lo que significa que cada individuo debe pensar y decidir por sí mismo, sin estar dirigido por extraña influencia. Cada uno debe hacer uso de su propia razón, lejos de tutelas que reduzcan a la persona a objeto incapaz de protagonizar su vida. Hay que reconocer, dentro de la diferencia que presentan quienes tienen alguna discapacidad mental, la potencia para pensar y comprender y por tanto para tomar decisiones. Todo esto tiene que inclinarnos, si queremos vivir en una sociedad moralmente positiva, a facilitar las condiciones educativas, sociales y laborales para que estas personas ejerzan su autonomía.
Frecuentemente reconocemos que nuestra sociedad está en crisis e inmediatamente pensamos en la economía y no en la moral. Eso ocurre porque en nuestra época se valora casi exclusivamente el “tener” y no el “ser”. Erich Fromm[6] insiste en esta cuestión de forma clarificadora al afirmar que una modalidad de existencia sólo valora el poseer cosas y vales lo que tienes y lo que produces para tener más. Por el contrario puede existir otra modalidad de existencia que considera que vales lo que eres, lo cual conduce a que debemos potenciar el “ser” y no el “tener”. El desarrollo del ser implica el crecimiento interno personal y la práctica de la libertad, trascendiendo la cárcel del propio yo para prestar atención a los demás, para dar y amar.
Desde esa segunda perspectiva, señalada por Fromm, carece de sentido la discriminación de los diferentes y surge la valoración del otro en su dimensión de ser y no de tener. Eso implica un tipo de sociedad opuesta el modelo consumista y competitivo, una sociedad abierta en la que se favorezca el desarrollo personal de todos, incluidos los que presenten alguna capacidad limitada que puede ser compensada con recursos sociales y culturales que favorezcan la inclusión de esas personas en una vida normalizada.
¿Estamos hablando de utopías de la mano de algunos de los filósofos más relevantes de la historia del pensamiento? ¿Es la sociedad abierta tal como aquí la planteamos un sueño inalcanzable? ¿Son igualmente todas las Declaraciones universales de derechos humanos y todas las Convenciones que reconocen los derechos de los discapacitados, reconocidas oficialmente por la mayor parte de los países del planeta, formularios fantásticos imposibles de llevar a cabo en un sistema socio-político y económico como el que tenemos?
La respuesta a estas preguntas puede envolvernos en una sombría niebla de realismo pesimista y paralizante. Pero como afirma Ernst Bloch[7] la utopía representa el antídoto contra el anquilosamiento burocrático. En la conciencia del ser humano, afirma Bloch, existe un “excedente” que le permite proyectarse hacia el futuro. Hay que trasladar ese “excedente” a los hechos. Las formas creativas más importantes de este proceso están aún por realizarse. La sociedad abierta está aún en muchos aspectos por hacerse.
Para pasar de la teoría a la práctica hay que caminar. El escritor uruguayo Eduardo Galeano, defensor de una nueva sociedad más justa, nos cuenta que el cineasta y teórico argentino Fernando Birri respondió sabiamente a una pregunta que le hicieron sobre para qué sirve la utopía. Birri contestó; la utopía está en el horizonte, cuando quiero alcanzar ese horizonte, doy pasos hacia él, pero el horizonte siempre sigue lejos; camino y camino y aún está inalcanzable. Sin embargo me hace andar y avanzar.
Debemos caminar hacia esa línea del horizonte para alejarnos de la sociedad cerrada que margina al diferente o al que tiene limitaciones funcionales y acercarnos paso a paso a la sociedad abierta que abraza, ofertando posibilidades de realización, a todos sus componentes. Si permanecemos quietos, seremos víctimas un día u otro de nuestra propia pasividad.
Vitoria/Gasteiz, Julio 2012
As you probably now, the NFL is loved in every wholesale jerseys outlet corner of the globe, not only in the United States, with fan bases spread through Europe, India, Asia and Australia it is one of the more popular sports, and growing at an increasing rate. At the end of the NFL season, when the Super Bowl Sunday comes around it is now one of the most viewed television broadcasts and in the United States it is one of the days of the year with the most food and alcohol consumed in a 24 hour period, in fact the second highest after thanks giving.
The NFL commenced in 1962 consisting then of around 11 teams, and today there are now 32 teams competition across two leagues each season, battling for the prime trophy the golden Vince Lombardi Trophy. Each season is started with every team across the NFL and their fans hoping for a place in the Super wholesale jerseys Bowl to claim the prize; this is something that every fan dreams of season after season regardless of who they follow.
With the love of NFL comes the yearn for owning a piece of it, whether it be apparel, memorabilia or gifts, these are all things that all fans love and adore and can now be found online with dedicated websites selling these items. The only caution to take is that you find a store that is reputable and selling official goods, the next thing as a personal benefit, is to find the best prices for your NFL apparel, gifts and memorabilia this is something that is now an easily achievable task.
NFL gifts come in a variety of forms and prices starting with a cup or calendar all the way through to items cheap nfl jerseys such as signed memorabilia or team jerseys, regardless of hoe deep your love of the game is there is something that you will adore at the QuarterbackFan online store, the dedicated NFL gift shop selling all items from the NFL, covering all teams and ensuring tat any cheap jerseys fan can benefit whether it be for you or a loved one this store can make a smile at a great price.
Be sure to prepare yourself for the 2009 / 10 season and get all your apparel to support your team and show the pride you have in them when you purchase your goods from one dedicated store online, selling official goods from an undisputedly verified retailer and save money, buy in confidence and get out there and support your NFL team to victory. Love the NFL, love The QuarterbackFan online store.Articles Connexes: